DIA 11










5pm Tengo el sabor de lo maravilloso que está destinado a desaparecer. Desde las 10 pm los hilos empezaron a cargarse, las gotas se endurecían y se amontonaban. Tomás, con su capa amarilla reguló el agua toda la noche. La luna se asomó por las montañas y la casa brilló. Sólo la luna y una linterna.








Por la mañana esperamos al sol, la casa deslumbró por cinco horas. Al mediodía empezó a llorar. Pedazos de hielo se desprendían de los tensores y caían como vidrios rotos. Las paredes se doblaban, blandas y muy frágiles. Temblé con ella.

Y en un instante silenciosa, desapareció.

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